¿Cómo llegar a tus clientes?

Cuando tenemos un nuevo negocio o un nuevo producto, y queremos hacérselo saber a nuestros potenciales clientes fuera de Internet, lo más usado son los volantes. Aquellos pequeños papeles que encontramos debajo de la puerta de nuestra casa, o en la mano de una persona que busca entregárnoslos en la calle. El razonamiento nos lleva…

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Como Llegar A Tus Clientes

Cuando tenemos un nuevo negocio o un nuevo producto, y queremos hacérselo saber a nuestros potenciales clientes fuera de Internet, lo más usado son los volantes. Aquellos pequeños papeles que encontramos debajo de la puerta de nuestra casa, o en la mano de una persona que busca entregárnoslos en la calle.

El razonamiento nos lleva a medir nuestra inversión en torno a la cantidad. Es decir, si el millar nos cuesta, por ejemplo, 500 soles, entonces nuestra inversión será de 50 céntimos por volante. De esta forma resulta económico hacer volantes y utilizarlos para decirles a nuestros potenciales clientes que existimos.

¿Pero realmente funciona? ¿Del millar de volantes, cuántos se convierten en clientes? ¿Qué es lo que hacen cuando reciben un volante en la calle? ¿Lo reciben y lo guardan cuidadosamente para cuando necesiten ese nuevo producto o nuevo negocio? ¿O lo guardan en el bolsillo de su pantalón y lo botan en el primer basurero que encuentran? ¿Y qué es lo que hacen cuando recogen los volantes que encuentran debajo de la puerta? ¿Lo recogen y lo guardan a la vista para cuando lo necesiten? ¿O lo echan al tacho de basura pensando en el daño que la innumerable cantidad de volantes hace a nuestro planeta?

Es dificil que cambiemos los productos que consumimos y los negocios a los que frecuentamos. Ya sea por comodidad o fidelidad u otro motivo, solemos consumir los mismos productos en los mismos lugares. ¿Por qué agendar ese nuevo número telefónico de delivery? ¿Llegará a tiempo?, ¿su producto será bueno? ¿Por qué arriesgarme?, ¿solo por el descuento?, ¿por la marca? Existen muchas barreras que un volante no puede romper para que el potencial cliente decida por nosotros.

Así que es muy probable que, siendo optimistas, solo el 1% reciba el volante y lo use para que llame por nuestro nuevo producto o vaya a nuestro nuevo negocio. Por tanto, en lugar de que nuestra inversión haya sido de 50 céntimos por volante, lo que en realidad tendremos es una inversión de 50 soles por volante. Entonces mandar a hacer volantes no es tan económico como pensábamos. Porque lo que tenemos que pedir no es monto de inversión entre cantidad de volantes, sino monto de inversión entre número de potenciales clientes.

¿Entonces de qué otra forma podemos dar a conocer nuestro nuevo negocio o nuestros nuevos productos?

Una de las ventajas de Internet es que nos permite darnos a conocer como queramos. Y no limitándonos a los 176 cm2 a los que nos tiene circunscritos un volante. Podríamos darnos a conocer, por ejemplo:
• en un espacio geográfico determinado,
• a un grupo de edad determinado,
• a solamente varones o solamente mujeres,
• a un grupo de personas que comparten un interés determinado, o
• a aquellos que acaban de buscar sobre un tema determinado.

Así pues, por medio de Internet, podríamos darnos a conocer de diferentes formas. Pero lo que resulta más interesante es que esas formas pueden mezclarse para llegar específicamente a los que consideramos nuestros potenciales clientes. Por ejemplo, nuevo restaurante podría llegar a través de Internet específicamente a sus potenciales clientes definidos como mujeres de 30 a 40 años que viven en el distrito de Wanchaq al que les interesa la comida vegetariana y están buscando restaurantes vegetarianos en Cusco.

Podríamos hacer eso con contenido pagado invirtiendo en publicidad en redes sociales o motores de búsqueda. Pero también podríamos hacerlo con contenido propio, aquel contenido que nosotros creamos y publicamos en nuestras redes sociales o nuestro sitio web. O con ambos tipos de contenido.

Ya sea de una forma o de otra, Internet nos permitirá llegar a quienes les interesa lo que estamos ofreciendo y están buscándonos. No a aquellos que nos van a guardar en el bolsillo del pantalón o nos van a echar en un tacho de basura. ¿Pero una vez que los tengamos mirándonos, qué hacemos?

Oscarhugopaz Nosotros

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